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Compruebe que no haya grietas, abolladuras o puntos blandos. La piel exterior es resistente, por lo que es fácil detectar daños.
Sosteniendo con cuidado un lado de la calabaza, presione e inserte un cuchillo y corte sobre una tabla de cortar.
Continúe cortando sobre la tabla hasta que queden cuatro o cuatro gajos, según el tamaño de la calabaza.
Con una cuchara para helado u otra cuchara dura, raspe las semillas y las costillas del interior de la calabaza.
La calabaza está lista para pelar.
Sosteniendo cada segmento contra la tabla de cortar, afeite la piel con un movimiento hacia abajo. Este es un método mucho más fácil que tratar de pelar la parte exterior muy dura de la calabaza.
Continúe afeitando las ranuras de la calabaza.
Corta la calabaza en rodajas para prepararla para cortarla en cubitos.
Si lo desea, haga pequeños cubos.
Hago dos tallas. Un tamaño se derrite fácilmente y agrega color y cuerpo. El tamaño más grande agrega mordedura.
Para congelar, haga grupos pequeños. Envuelva en bolsas plásticas para sándwich. Exprime nuestro aire y gira con fuerza. Coloque cada uno en una bolsa ziplock separada, exprima el aire. Coloque todo en un recipiente para congelador y cubra.
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